Sola conmigo

Si bien el verano de la mayoría de la gente ya esta terminando, mi verano o mejor dicho mi época de vacaciones por cuestiones de trabajo están por comenzar.

Por eso, hablando con amigos, escuchando recomendaciones y experiencias decidí que la mejor opción seria hacer un mini crucero. Todo me cerraba: la cantidad de días, el precio y el lujo inconmensurable que harían que la experiencia fuera inolvidable.
Lo único que no me cerró fue la compañía, o mejor dicho la NO compañía.
Mis amigas están en trabajos que no les permiten salir en esta época, o no tienen el dinero suficiente, o elijen irse con sus parejas antes que con una amiga, o no tienen con quien dejar a sus hijos.

Esta es mi realidad hoy.
El plan que me entusiasmó todo el fin de semana se me esta desvaneciendo por la falta de compañía y eso me da una enorme tristeza.

Hay innumerables situaciones en la que estar sola, sin pareja es maravilloso.
Decidir qué comer, dónde, y a qué hora, elegir de que color pintar una pared del cuarto, prender y/o apagar la tv cuando se nos da la gana, y muchos ejemplos mas que engrosarían la lista de las cuestiones de la soltería envidiada por los que están casados o conviven con alguien.

Hay otras situaciones, en cambio, que descubrí que me entristecen mucho estando sola.
Hay momentos que definitivamente son para vivirlos de a dos.