Palabras más, palabras menos.

Muchas veces pienso sobre el valor , el peso que tienen las palabras.
No es lo mismo decir que callar. Cuando uno dice determinadas cosas no hay retorno.
Si una pareja se insulta o se destrata cambia reglas de juego y pasa a un nivel en la relación del que es imposible de volver atrás.

Vamos a otro ejemplo mas light : Muchos tenemos o hemos tenido relaciones de “amistades con derecho a roce”. No somos pareja ni lo seremos, ambos lo tenemos claro. No somos amigos. No somos Express sex. Nos hablamos cuando queremos vernos y lo hacemos. Sin rollos. Sin vueltas. Nos gusta vernos, nos gusta estar juntos. Muchas veces terminamos el encuentro teniendo sexo. Muchas otras no, y solo nos reimos, desayunamos, salimos, nos acompañamos y lo pasamos bien.
(Mientras escribo esto pienso si todos los que nos leen entenderan este tipo de relaciones, espero que sí aunque vean imposible su aplicación en sus vidas).

Un día el caballero en cuestión decidió contarme que tiene fantasías sexuales con una amiga mía que conoció en mi casa, utilizando la siguiente frase “ Si tu amiga X aceptara yo le daría, le preguntas? ” . Esa frase, esa conversación fue un punto de inflexión en mi relación con él.
No todo hay que decirlo. De hecho hubiera preferido no escucharlo. No importa la clase de vínculo que nos una. Cuando estamos con un hombre con el que tenemos intimidad, queremos sentirnos únicas. Cada uno puede tener la fantasía que quiera, y con quien quiera, pero verbalizarselo al otro es otra cosa.

Esa charla fue el final de mi intimidad con él. Se lo planteé. Se sorprendió. No entendió mis razones. Para mi eran tan obvias como que el sol sale de mañana y se esconde de noche!