Caída libre

Casi sin quererlo estaba aceptando una cita a ciegas.
En medio de una charla con un amigo por un tema laboral me perguntó sobre mi HOY, y al contarle que estoy sin compromisos estables me dijo la famosa frase “ tengo alguien para presentarte!”
Antes de que pudiera preguntar sobre el prontuario del caballero en cuestión ya estaba él mandándole un SMS con mi teléfono.
30 minutos mas tarde me encontraba en una amena charla telefónica agenda en mano , marcando una cita para el sábado 22.00 hs
La suerte esta echada, pensé.
Luego de la rigurosa media hora eligiendo ropa y tirando sobre la cama la que no iba a usar, y de la infaltable planchita en el pelo, me llamó al celu para avisarme que estaba en la puerta de mi casa.
La primera impresión al verlo fue buena. La segunda….también.
Ya en el restaurante con la copa de vino en la mano, y esperando que nos trajeran la comida, la charla se había puesto divertida, entretenida, e interesante.
15 minutos más tarde, en el momento en que el mozo nos trae los platos elegidos me empecé a sentir algo mareada, un sudor frío se apoderó de mi cuerpo, y sucedió lo inevitable en estos casos: me desmayé!!

Dicho esto… abrimos el espacio para todo tipo de interpretaciones de nuestros queridos lectores.
Por qué, si todo estaba bien, me sentía cómoda y a gusto con el caballero mi presión se fue al suelo ???