O chasco mais grande do mundo!!

Esta historia la envio una de nuestras lectoras / amiga de la casa. La subimos al blog para que todos la disfruten.

Foz do Iguaçú. Enero de 1999. Viaje de estudios. Yo, una niña, no llegaba ni a la mayoría de edad. Él algunos años más que yo, no muchos.
Apenas nos vimos se me acercó y me dijo:
-Oi! Como vai, filé?
-Eh.... pero cómo me decís filé!!!
-Você sabe qual é o melhor corte da carne? (punto para el brasilero)

El evento duró 6 días, donde unos 200 chicos convivimos en el mismo lugar y si bien de entrada no me morí de amor, con el transcurrir del viaje, tras un arduo trabajo de hormiga, terminó conquistándome. Pasamos juntos 2 increíbles días y después... cada uno a su ciudad natal, a 3000 kms. de distancia uno de otro.
Llamados, cartas (sí cartas!!! en esa época la gente se mandaba cartas), encomiendas con regalos, más llamados, más cartas, cualquier señal era buena para saber del otro... Tiempo después el bendito messenger acortó distancias. Y así pasaron los años, convencidos que alguna vez el tiempo conspiraría a favor nuestro para poder volver a estar juntos.

Julio de 2007. Aeropuerto de Ezeiza. El día tan ansiado había llegado. Inquietante espera. Su vuelo demorado hizo que haya tenido que vivir la hora más larga de mi vida.
Mi corazón se me escapaba del pecho. Lo vi venir. ¿Cómo lo saludo? ¿Lo abrazo? ¿Lo miro? Por suerte y fiel a su estilo me disipó todas esas dudas en el minuto cero. Me miró. Me abrazó. Me dió un beso interminable. Mis manos temblaban. Solo podía quedarse 4 días. Nos fuimos a mi casa directamente. No había tiempo que perder. Después de una breve charla llegó ese momento que anhelábamos casi con desesperación hacía 8 años. El encuentro.
…………………………..

Que noche tan horrible. Todo se fue desmoronando de a poco. Cero piel, cero conexión (que él jamás registró). Los días que siguieron fueron una pesadilla.
Mientras yo me iba a trabajar él, siendo su primera vez en Buenos Aires, se quedaba en casa cual Homero Simpson, tomándose y comiendo todo lo que encontraba en su camino.

- Por qué no aprovechás para conocer Buenos Aires? – Atine a decirle una vez
- Ey! Sou brasileiro, não gosto do frío!

Yo volvía del trabajo al anochecer y él estaba ahí, sin haberse movido siquiera de la posición en que lo había despedido a la mañana, sin atinar a levantarse ni siquiera cuando escuchaba el ruido de las llaves, con ropa de entrecasa, tirado en MI cama, mirando MI tele, usando MI CONTROL REMOTO. Uno de esos 4 días tuvo un gesto noble y me dijo:
- hoje cozinho eu, meu amor
Aun con todo su entusiasmo hizo los fideos más espantosos que probé en mi vida (peores que esos pegados de campamento). Cada vez peor. La situación era irremontable, desastrosa. A la hora de acostarnos inventé las mejores excusas para que no me toque ni un pelo.
Así pasaron los 3 días. El último día, que obviamente cocinaba yo, tratando de ponerle onda le propuse tomar una cerveza pero no aceptó, prefirió tomar jugo, lo que me resulto extraño viniendo de él.
El último día llego... por fin llegó!!! lo llevé a Ezeiza, antes de salir de casa ví su toalla colgada de una puerta y le dije:
- te olvidas algo, tomá
- é pra a próxima vez que eu venha.
- BINGO – pensé.
Cuando lo vi entrar al embarque respiré. Por fin se fue y saben que? aprendí una lección: mis próximas relaciones las encararé de otra manera.

La noche siguiente en casa me di cuenta de algo cuando fui a buscar una cerveza: NO QUEDABA NI UNA, ni siquiera la latita que dejaba escondida para cuando estaba sola… (ahí entendí por qué aquél día solo tenía ganas de tomar jugo y no cerveza)

La historia siguió un corto tiempo más por messenger. Según él, había vivido conmigo los mejores 4 días de su vida, para mí... no hace falta aclarar, no?
Él me hablaba como si fuéramos a estar juntos toda la vida. Yo le respondía que se tenía que olvidar de mí.

Al mes siguiente, el día de mi cumpleaños, me tocaron el timbre de casa. Era él!!! que había viajado de sorpresa!!! Cuando lo vi parado en mi puerta me bajó la presión.
Las sorpresas no habían terminado aparentemente, ya que en su mano…. Adivinen que traía?

· Dos pasajes a Brasil (de ida)
· Dos alianzas
· Un pack de cerveza para reponer las que se había tomado
· Una valija con todas sus pertenencias.

El final de la historia, ira después de sus comentarios.